El territorio está atravesado por el río Magdalena, el más importante de Colombia, que nace en el Macizo Colombiano. Su influencia, junto con los suelos de origen volcánico y los contrastes de temperatura entre el día y la noche, crea un escenario perfecto para el cultivo. Gracias a ello, los granos maduran lentamente y concentran fragancias dulces, acidez brillante y notas frutales que distinguen al café de esta tierra.
El café es además el motor de vida de miles de familias huilenses. En 35 de los 37 municipios del departamento se cultiva café, y en zonas como Pitalito, Garzón o Suaza, gran parte de la población depende directamente de esta actividad. Se estima que más del 70 % de los hogares rurales están vinculados al café, y que más de la mitad de las exportaciones de Huila provienen de este grano.
Por estas razones, hablar de café huilense es hablar de tradición, geografía y pasión. Cada taza refleja la riqueza de su suelo, la frescura de su clima y el trabajo artesanal de sus comunidades, que han hecho del Huila no solo el mayor productor de café de Colombia, sino también una de las regiones más admiradas por los amantes del café en el mundo.



