Cuando uno piensa en México, el café no siempre es lo primero que viene a la mente. Sin embargo, el país produce aproximadamente 4% del café mundial, siendo un exportador importante, principalmente hacia Estados Unidos, Alemania y Japón.

En el sur de Ecuador, la provincia de El Oro combina la riqueza de sus montañas con la cercanía al mar, creando microclimas únicos que dan a su café un carácter excepcional. A pesar de representar apenas alrededor del 2% de la producción nacional de café, sus granos se destacan por su perfil aromático y balance entre acidez y dulzor.

En el corazón de la Amazonía ecuatoriana, la provincia de Sucumbíos se ha consolidado como un referente en la producción de café robusta. Aunque históricamente no se le ha reconocido como una región cafetera tradicional, su potencial ha sido revelado en los últimos años gracias a iniciativas de reactivación agrícola y al compromiso de sus caficultores.

A pesar de ser el segundo departamento más pequeño de Colombia, el Quindío representa cerca del 6% de la producción nacional de café, consolidándose como un origen de gran prestigio dentro del Eje Cafetero. Sus montañas, con alturas entre 1.200 y 1.800 metros sobre el nivel del mar, y sus suelos volcánicos, crean un entorno ideal para que los cafés desarrollen carácter propio y complejidad en taza.

Nariño, en el suroeste de Colombia, no es un departamento ampliamente conocido por su producción de café, aportando solo alrededor del 2–3% del café nacional. Sin embargo, su café es de muy alta calidad, con tazas que superan los 85 puntos, lo que lo califica como café de especialidad, y es el único origen que manejamos en Oscura Tentación Coffee.

El Valle del Cauca, ubicado en el suroccidente de Colombia entre la Cordillera Occidental y la Cordillera Central, es tierra de diversidad y sabor. Aunque mundialmente conocido por la caña de azúcar, este departamento también aporta cerca del 9 % del café colombiano, consolidándose como un origen de gran tradición y calidad.